Y siguiendo con el tema anterior: La deliciosa estética de las fotos de niños desnudos uno de los ex-alumnos, que nos da sólo un pseudónimo (Gatto), escribe:
La noticia de la destrucción de las fotos me tranquiliza. No es una buena sensación que alguien tenga fotos de ti y que tú no sepas lo que pueda pasar con ellas. ¿Quién sabe dónde se puedan mostrar en algún momento?
Luigi (así llamaban al Padre jesuita St., nota del blog) me fotografió y la aparición de esas fotos ahora, en algún periódico o en internet, puede ser dramático para mí, en mi posición, en mi trabajo actual.
¿Qué opinan Uds.?
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