De un blog con un nombre muy bonito: Pensar por libre (que significa algo así como pensar libremente, sí es una expresión muy española, por eso esta corta explicación adicional), me gustaría recomendarles (y transcribir aquí, con autorización del bloguer), el artículo Decálogo para formar un delincuente
Un título que, sin duda, provoca y que tiene mucha relación con la discusión absurda que tenemos en Alemania iniciada por el ministro-presidente de Hessen, en medio de la campaña electoral en su Land.
Antes de transcribir el post -con dibujos incluídos- hago ver que no se puede caer en el determinismo de pensar que, si ocurre esto y se (des)educa a un niño así, el chico será un delincuente. No, eso es como ese cuento que te cuentan en Alemania del tipo los hijos de alcohólicos son delincuentes... U otras barbaridades más.
El catálogo es -como dije- provocativo y tiene algo... o bastante de humor. De manera que, no es que haya que tomarlo al pie de la letra, pero me pareció que, sí puede ser una ayuda. Además, no está escrito de manera imperativa, como el de la Central federal para la instrucción en materia de salud (ver Consejos sobre televisión), como señalé en ese artículo, me parece que de lo que se trata es de formar criterio y no de dar reglas. Para dar reglas, ¡para eso tenemos a los alemanes!
Vocabulario: chaval = niño
A continuación, transcribo el artículo completo (incluyendo los dibujos y la foto del libro del sr. juez):
En su libro Reflexiones de un Juez de Menores, el titular del juzgado de menores de Granada Emilio Calatayud recoge este “decálogo” que ya circula por la red y ha sido citado por numerosos medios.
1.- Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
2.- No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3.- Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
4.- No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5.- Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6.- Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
7.- Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
8.- Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
9.- Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10.- Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
4 comentarios:
Marta, como verás estoy inspeccionando este blog que no conocía y fascinándome con él como con los otros. Mujer eres verdad genial para escribir.
De este decálogo se lo vi publicado también a Luis Fuertes y un compañero lo puso en la escuela.
Y es tan cierto, es tan fácil formar a un delincuente. Como maestra y como asesora no sabes cuantos papás he visto así. Triste y terrible a la ves.
Saludos. Hilda
Gracias! Lo copié con autorización, je je
en todo caso, aunque el título pretende provocar, hay que tener cuidado con las generalizaciones... estos títulos que no diferencian... son algo peligrosos.
Un abrazo fuerte y mil gracias!
jajajaja, si ya sabía que lo habías copiado con autorización, tranquila.
Ah sí, coincido contigo, no hay que generalizar, los seres humanos tenemos libre albedrío.
saludos. Hilda
así es, somos libres! y por eso, no se puede caer en el determinismo de pensar que, si hacemos esto o lo otro, los ninos serán delincuentes, a eso voy!
no es que lo diga el artículo, pero no me canso de repetir que no es así, porque el título lo insinúa (lo conservé por provocativo) y lamentablemente, me temo que hay demasiado gente que aún lo piensa...
Un abrazo querida Hilda!
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